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La industria automotriz se caracteriza por tener una composición definida a nivel mundial. En primer lugar y en el escalón más alto de la cadena se encuentran las armadoras o la industria terminal (OEM’s), que son propiedad de las marcas comerciales con las que el consumidor final de automóviles está familiarizado.

Como proveedoras de estas armadoras hay todo un entramado de fabricantes de partes para los vehículos que se conoce como la industria de autopartes. Dada la magnitud y complejidad de esta industria, los numerosos proveedores se clasifican en diferentes niveles: los proveedores directos de la industria terminal, los del primer nivel, son conocidos internacionalmente bajo las siglas TIER 1. Por debajo, se encuentran los proveedores TIER 2 y TIER 3, que son los proveedores de las primeras y suelen tener un tamaño medio-pequeño.

En último lugar de la cadena se sitúa el subsector de recambios o piezas de reposición, que se provee a su vez de los fabricantes de autopartes, porque son piezas que deben sustituir a otras que ya están obsoletas y deban reunir las mismas características o similares a las que reunía la original.

En definitiva, se trata de un sector complejo que muchas veces no sigue los patrones de otros mercados que están muchos más estructurados y delimitados.

La importancia de toda esta Industria Automotriz (incluyendo Grandes Armadoras y Fabricantes de Autopartes) en México es incuestionable. Dentro del contexto nacional, es la segunda en importancia después del sector petrolero. A finales de 2004 representaba el 14,4% del PIB manufacturero, el 21,9% de las exportaciones y el 19.8% del empleo de la industria manufacturera.

Según los datos de Bancomext (Banco Nacional de Comercio Exterior), la partida arancelaria 8708, definida como “Partes y Accesorios de Vehículos Automóviles”, figura como la principal partida dentro de las importaciones mexicanas. Y a su vez, el capitulo referente a “Coches de turismo y demás vehículos automóviles destinados principalmente para el transporte de personas”, aparece como uno de los más importantes entre los capítulos de exportaciones mexicanas.

Estos datos confirman que México importa gran parte de los componentes que más tarde se emplean para el ensamble de los vehículos completos que finalmente se destinarán a la exportación por parte de las grandes armadoras.